lunes, noviembre 01, 2010

Henry Chinaski

Bukowski, Charles.

Vagabundo aislado del inútil mundo. Trotamundos dentro de su país. Nueva Orleans, Los Ángeles, Nueva York, en todos lados es lo mismo, hay las mismas putas, las cervezas, los incautos borrachos y la poesía rescatando su majadería, su molestia ante los demás. Andrógino perfecto y condenado al amor de sus lectores como si fuera un hijo de puta que hubiera que guardar en el libro mío, cuidado, de cabecera mi libro que uso para reírme de todo, maleducadamente, grosero, por nombrar uno y otro escándalo: una chica se atraviesa la nariz frente a Chinaski, él decide invitarla a vivir con él. Una chica con la que va en coche se emociona al pasar frente al cuerpo de bomberos, se emociona y se detienen. Ella conoce sexualmente a todos mientras él juega a los naipes y apuesta y gana y además cobra por cada bombero que estuvo con ella. Cierto día se enferma su madre y él llega a verla con resaca de cruda doble o triple y su madre huele mal y él, además quiere vomitar. Así que vuelve al día siguiente, flores en mano que terminaron siendo para unas niñas que jugaban por ahí. Cuando muere también el padre, hereda su casa y mira y testimonia cómo se llevan todo los vecinos consternados, hasta las latas de compota y lo dejan libre de cosas y hasta se lleva una lana por ello. Chinaski, Henry es el alter ego de Buk.

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